LA NUEVA MILICIA TEMPLARIA

Templario y Caballero… con estas palabras elogiaba fray San Bernardo de Claraval a la nueva Milicia de Cristo formada por Los Pobres Caballeros del Templo de Salomón.
“Intrépido y bravo soldado aquel que, mientras reviste su cuerpo con coraza de acero, guarece su alma bajo la loriga de la Fe. Puede gozar de completa seguridad, porque pertrechado con estas dobles armas defensivas, no ha de temer a los hombres ni a los demonios. Es más, ni siquiera teme a la muerte, antes la desea. ¿Qué podría espantarle ni vivo ni muerto, cuando su vivir es Cristo? Pero desearía más bien acabar de soltarse del cuerpo para estar con Cristo, siendo esto lo mejor”.
Si, una nueva Milicia Templaría está naciendo en este tiempo nuevo del Señor. Una nueva milicia moderna, formada por hombres y mujeres, Caballeros y Sores Templarios, ordenada y dispuesta, valiente y entregada a la causa justa y honorable, continuista, de la gran obra que emprendieron nuestros hermanos ancestrales cuyo espíritu y recuerdo nos acompañan siempre, dándonos fuerza para seguir avanzando, llevando la Palabra Verdadera a todos los seres humanos de este mundo.
Templario… no podemos seguir por más tiempo jugando con el pasado glorioso de una Milicia Templaría que dio su vida por Cristo defendiendo la cristiandad y el carácter divino del ser humano.

El Honor demostrado y la Lealtad manifestada a la Iglesia Apostólica y Romana, terminaron con el último suspiro de vida de nuestro anciano Gran Maestre Jacques Bernard De Molay. La Orden Templaría de los Pobres Caballeros del Templo de Salomón, no fue, ni ha sido, y no lo será nunca, una orden católica.
La Iglesia Católica de Roma, fue, ha sido y lo seguirá siendo, la gran traidora del Temple y manipuladora de las enseñanzas y de la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo y de María Magdalena. Mientras no tengan el valor necesario para reconocer todos los crímenes ejecutados por la Santa Inquisición durante más de cinco siglos, y continúen manteniendo en vigor la Bula Papal Vox in Excelso de Excomulgados de todos los Caballeros Templarios, y pidan perdón restableciendo el Honor y Dignidad de todos ellos, nos tendrán enfrente, dispuesto a combatirles con la palabra en todas las batallas que sean necesarias.
Caballero y Templario… Organización, Unión y Lealtad para conseguir hacer de esta Nueva Milicia Templaría, la Fuerza, Ilusión y Esperanza que el mundo necesita, conquistando con la palabra y los hechos, el corazon de todos los seres humanos de este mundo que necesitan y buscan desesperadamente Paz, Justicia y Libertad en un mundo cada vez más deteriorado, sin principios, sin valores y sin esperanzas en un Futuro mejor para las generaciones futuras.
“Marchad, pues soldados, al combate con paso firme y marcial y cargad con ánimo valeroso Cristo contra los enemigos de Cristo, bien seguros de que ni la muerte ni la vida podrán separarlos de la caridad de Dios, que está en Cristo Jesús. En el fragor del combate proclamad “YA VIVAMOS, YA MURAMOS, DEL SEÑOR SOMOS”.”

Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria.

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